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LA PATRULLA: Si cada uno de los jóvenes se esfuerza por vivir el Espíritu Scout, la pequeña comunidad que todos forman demostrará entonces un alto Espíritu de patrulla, en que los intereses individuales cederán paso al proyecto común. La solidaridad sustituyendo al individualismo, el trabajo bien hecho en remplazo de la improvisación, la iniciativa en vez de la apatía, la alegría venciendo el pesimismo, compartir y no agredir, son algunos de los signos de que el Espíritu de una Patrulla se despliega y fortalece. El Espíritu de patrulla debe crecer naturalmente y con tiempo. No es posible imponerlo ni se logra de la noche a la mañana. Al igual que un árbol, que para desarrollarse necesita suelo fértil, sol y agua, el Espíritu de patrulla necesita ser creado, cultivado y mantenido. Existen muchas manifestaciones espontáneas del Espíritu de patrulla. Las actividades se expresan, las responsabilidades que se asumen, las relaciones que se establecen, las circunstancias que motivan una sonrisa y hasta las palabras y gestos que pudieran parecer menos trascendentes, están revelando la mayor o menos intensidad del Espíritu de patrulla. Pero también existen otras manifestaciones de este Espíritu que son menos espontáneas y que al mismo tiempo lo refuerzan. |
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